Ayer -II Domingo de Pascua, domingo de la Divina Misericordia-, reanudamos las tareas formativas, luego de unos días de merecido descanso. Y de que manera lo hemos hecho! Celebrando por todo lo alto la beatificación de Juan Pablo II.
Durante la Santa Misa, agradecimos a Dios este don maravilloso que hace a su Iglesia:la de un santo actual, nuestro; a quien conocimos, vimos y escuchamos; en cuyo pontificado inició una "aventura descabellada": los Seminarios -Mayor y Menor- de Sololá.
Queremos recorrer de su mano esta cincuentena pascual, que nos lleve al encuentro de Cristo Resucitado.
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