Comenzamos la Cuaresma, tiempo para entrenar el espíritu. Y lo hicimos recordando nuestra pobre condición -de carne y hueso- con la imposicion de la ceniza, con el deseo de encontrar la paz y la alegría que da el perdón de Dios, ansiosos de emprender este camino que nos llevará a la cumbre, la Pascua del Señor.
Y para iniciarlo de buena forma tuvimos el retiro mensual: momento propicio para acudir al sacramento de la reconciliación, a una oración más cuidada, al ejercicio del Via Crucis, a los propósitos...
Dispuestos a acompañar al Señor por el camino de la Cruz...hacia el triunfo de la Pascua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario