Evangelio

"Caminantes soñadores llenos de fe y juventud"

sábado, 21 de septiembre de 2013

Retiro de muchas bendiciones

Hola hola queridos hermanos todos. Qué alegría saludarles nuevamente, nuestro deseo es que estén bien en todo su ser y quehacer.

"Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, 
para que quien crea no perezca, sino que tenga vida eterna" 
(Juan 3, 16).

Este fue el pasaje que guió nuestro primer día de oración. El amor de Dios es maravilloso y asombroso, pero así es, Dios nos ama y por eso nos manda, incluso a su propio Hijo y, se abre de esa manera, una posibilidad para nosotros de encontrarnos con este Amor y dejarnos transformar para alcanzar la vida eterna.

Pero antes de llegar a Carmel Juyú, lugar donde estuvimos, nos reunimos en Panajachel para subir caminando al lugar indicado. Pero antes de salir, el P. Mario Calderón, párroco de Panajachel, amablemente nos ofreció un vaso de refresco y unas cosas para comer.
Luego nos encaminamos para San Andrés Semetabaj donde pasamos visitando a la Comunidad de las Hermanas Misioneras de la Eucaristía, quienes a su vez, nos ofrecieron una rica refacción. Gracias a ellas también por el recibimiento fraterno.



La llegada a Carmel Juyú estuvo cansadísimo, pero todos contentos al recibir tantas bendiciones de Dios y experimentar tanta amabilidad de tantas personas buenas que aprecian a los seminaristas.


Segundo día
El segundo día de meditación se basó sobre esta frase:

" El corazón es rico cuando está contento, y siempre está contento
cuando sus deseos están fijos en Dios.
Nada puede traer mayor felicidad
que hacer la voluntad de Dios por amor a Dios".

El lugar es realmente precioso, como lo verán en algunas fotos que tomamos; aunque en algunos momentos el panorama se nublaba, pero en general todo es agradable y propicio para el encuentro con uno mismo y con Dios. En este día reflexionamos sobre el deseo de toda persona de ser feliz y cómo descubrirlo en la vocación y en la entrega de cada uno a la vida que Dios nos ha llamado.

Durante los dos días tuvimos meditaciones, oración personal, oración comunitaria, lectio divina, lectura de las Sagradas Escrituras, oraciones litúrgicas, juegos, películas y muchas cosas más.

Queremos agradecer, de manera especial, a las Hermanas Carmelitas que amablemente nos prestan la casa para estas actividades y sus incontables atenciones. 

Realmente es una bendición de Dios lo que hemos recibido estos días. Ojalá todo eso nos haya aprovechado y nos motive a seguir más con alegría y entrega a Dios, nuestro Señor.
                              
                                      







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