Desde el martes pasado -I vísperas de la solemnidad de San Pedro y San Pablo- el Santísimo Sacramento se encuentra expuesto para su adoración en la capilla pequeña del Seminario Menor, para agradecer a Dios por los sesenta años de sacerdocio del Papa Benedicto XVI. Con gran ilusión, los seminaristas menores prepararon un lugar digno para el Señor.
Desde que comenzamos las sesenta horas, se nota un ambiente de recogimiento y oración que se extiende por toda la casa. Se puede ver en los rostros de cada uno de ellos la satisfacción de haber hecho su "hora de guardia" y pedir por tantas intenciones: las del Santo Padre, de Iglesia en Guatemala, de los sacerdotes y nuestros seminarios, de los bienhechores vivos y difuntos, de sus propios compañeros, etc.
No importando si es durante el día, noche o madrugada, preparan cuidadosamente lo que rezarán, lo que cantaran, lo que le dirán al Señor. Algunos incluso pasando buena parte de la noche en vela. Que gran experiencia! La de encontrarse con Cristo, el Amigo.
Ojala cosechemos muchos frutos. Así nos preparamos espiritualmente para la fiesta de mañana, del Sagrado Corazón de Jesús.
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