Como preludio a la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo y como un detalle al terminar este Año Sacerdotal, tuvimos esta noche una vigilia de adoración con el Santísimo expuesto.
Desde las nueve de la noche hasta la siete de la mañana, los seminaristas menores prepararon una hora de oración, adoración, alabanza; pidiendo santas intenciones a Jesús sacramentado y ofreciendo su fatiga, sueño y cansancio.
Fue un detalle de piedad eucarística, que sirvió a todos para aumentar el amor y devoción al Señor presente en la Eucaristía, como desagravio y reparación por las innumerables ofensas que sufre, y especialmente, por la santificación de todos los sacerdotes. Cada seminarista, renovó el compromiso que hizo -el día del Buen Pastor- de rezar por un sacerdote en concreto: su párroco, un sacerdote amigo o familiar. Además, cada uno de los menores, pidió que, siguiendo el itinerario de formación, pueda discernir mejor su vocación.
La vigilia de adoración culmino esta mañana con la misa votiva del Sagrado Corazón de Jesús, hoy primer viernes de mes.
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