SOLEMNIDAD DE JESÚS BUEN PASTOR
Hermanas y hermanos, nuestros mejores deseos de paz y bendiciones para todos. Que Jesús, Buen Pastor los guarde y proteja siempre.
Compartimos con ustedes una reflexión de San Gragorio Magno, sobre los evangelios Homilía 14, 3-6.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a mis ovejas, es decir, que las amo, y las
mías me conocen. Habla,
pues, como si quisiera dar a entender a las claras: «los que aman vienen tras
de mí». Pues el que no ama la verdad es que no la ha conocido todavía.
Acabáis
de escuchar, queridos hermanos, el riesgo que corren los pastores; calibrad
también, en las palabras del Señor, el que corréis también vosotros. Mirad si
sois, en verdad, sus ovejas, si le conocéis, si habéis alcanzado la luz de su
verdad. Si le conocéis, digo, no sólo por la fe, sino también por el amor; no
sólo por la credulidad, sino también por las obras. Porque el mismo Juan
evangelista, que nos dice lo que acabamos de oír, añade también: Quien
dice: «Yo le conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso.
Por ello
dice también el Señor en el texto que comentamos: Igual que
el Padre me conoce y yo conozco al Padre, yo doy mi vida por las ovejas. Como si dijera claramente: «la
prueba de que conozco al Padre y el Padre me conoce a mí está en que entrego mi
vida por mis ovejas; es decir, en la caridad con que muero por mis ovejas, pongo
de manifiesto mi amor por el Padre».
Y de
nuevo vuelve a referirse a sus ovejas diciendo: Mis
ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la
vida eterna. Y un
poco antes había dicho: Quien entre por mí se salvará, y podrá entrar y
salir, y encontrará pastos. O sea, tendrá acceso a la fe, y pasará luego de la fe a la visión, de
la credulidad a la contemplación, y encontrara pastos en el eterno descanso.
Sus
ovejas encuentran pastos, porque quienquiera que siga al Señor con corazón
sencillo se nutrirá con un alimento de eterno verdor. ¿Cuáles son, en efecto,
los pastos de estas ovejas, sino los gozos eternos de un paraíso inmarchitable?
Los pastos de los elegidos son la visión del rostro de Dios, con cuya plena
contemplación la mente se sacia eternamente.
Busquemos,
por tanto, hermanos queridísimos, estos pastos, en los que podremos disfrutar
en compañía de tan gran asamblea de santos. El mismo aire festivo de los que ya
se alegran allí nos invita. Levantemos, por tanto nuestros ánimos, hermanos;
vuelva a enfervorizarse nuestra fe, ardan nuestros anhelos por las cosas del
cielo, porque amar de esta forma ya es ponerse en camino.
Que
ninguna adversidad pueda alejarnos del júbilo de la solemnidad interior, puesto
que cuando alguien desea de verdad ir a un lugar, las asperezas del camino,
cualesquiera que sean, no pueden impedírselo.
Que
tampoco ninguna prosperidad, por sugestiva que sea, nos seduzca, pues no deja
de ser estúpido el caminante que, ante el espectáculo de una campiña atractiva
en medio de su viaje, se olvida de la meta a la que se dirigía.
Oración
Dios
todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la
resurrección de Jesucristo, concédenos también la alegría eterna del reino de
tus elegidos, para que así el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la
admirable victoria de su Pastor. Que vive y reina contigo.