Iniciamos el mes de mayo. Nuestro seminario se engalana con con los altares dedicados a la Reina del cielo.
María era como una pequeña gota de rocío que, por recibir a Dios, se hizo luz para el mundo. María creyó en el Dios del amor, de Él se fió y a Él le cantó todas las maravillas que hizo en ella y en su pueblo.La creatividad e ingenio se hacen presentes en éstos días llenos de amor y devoción a la Virgen.
María experimenta en su vida que "para Dios no hay nada imposible" (Lc 1,37). Dios visitó a María y de este encuentro con María nació el amor.
La verdadera devoción no consiste en un afecto estéril ni en una vana credulidad sino en el amor filial a nuestra Madre y en la imitación de sus virtudes. ¿Y tú, ya hiciste tu altar dedicado a la Virgen María?
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