Concluye nuestra primera semana formativa con los
seminaristas, y, como dice nuestro himno, se vivieron con “aires de casa y hogar”.
Agradecemos a Dios el tenernos nuevamente en el Seminario, y
congregarnos como amigos, como familia.
El estudio ha sido intenso, de ahí que para concluir la
semana, dedicamos un tiempo al alma, y vivimos una tarde de retiro espiritual, a
la expectativa de lo que nos trae el fin
de semana.
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