Evangelio

"Caminantes soñadores llenos de fe y juventud"

martes, 16 de septiembre de 2014

En las fiestas Patrias

La RAE define patria como: “Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos”; y civismo como: “Celo por las instituciones e intereses de la patria. 2. Comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública”. En otras palabras: convivir dentro del estado de Derecho.

Es fundamental que meditemos si realmente nos sentimos parte de nuestra Guatemala. Si aparte de brindarle honor a nuestros símbolos patrios —algunos ni siquiera eso hacen— honestamente hacemos lo que nos corresponde como ciudadanos.
La mayoría tenemos la bendición de haber nacido acá; es decir, nos sentimos parte por vínculos jurídicos. ¿Cuántos realmente nos sentimos guatemaltecos por lazos históricos y afectivos? La verdad es que algunos pretenden arrogarse la pertenencia histórica de una forma egoísta e infundada.

Otros, en lugar de sentirse orgullosos, simplemente enaltecen sus raíces foráneas. Todos los guatemaltecos debemos asumir la deuda que tenemos con nuestro país: que nos ha dado vida y medios de subsistencia para ser lo que somos. No podemos culpar a la Patria por nuestros sinsabores, producto de nuestra indiferencia con ella y con nuestro propio futuro.
Los nexos “afectivos” tienen que ser más que celebrar la independencia; más bien tiene que ver con sentirnos parte de una comunidad y apreciar a todos quienes la conformamos, sin distingo alguno de religión, género, etnia, condición económica o cualquier otro factor.

Si bien “todos somos iguales ante los ojos de Dios”, no hay un solo ser humano igual en la tierra, y no por eso somos más o menos que otros. Jamás podremos realmente amar a la Patria sin amar y velar por todos los que la conformamos, sea cual fuere nuestro origen.
Otro cuestionamiento fundado de nuestro “cariño” por Guatemala es la interpretación superficial del civismo. En la historia reciente, ¿realmente hemos velado por las instituciones y los intereses de la Patria? ¿O más bien hemos usufructuado del debilitamiento institucional en búsqueda de beneficios muy particulares?
La violencia e impunidad es producto de una sociedad que ha faltado a las normas de convivencia pública.
El irrespeto al orden jurídico aunado al debilitamiento institucional es lo que nos tiene de rodillas ante la corrupción, tanto pública como privada, y ante el crimen organizado que florece en tierra fértil frente a una población que ha perdido su sentido de pertenencia.

Mañana meditemos sobre qué país queremos y qué nos ha faltado para lograrlo. Somos millones de chapines que estamos hartos de vivir esta zozobra. Lo que nos falta reconocer es que somos parte de la causa y que por ende tenemos que asumir el compromiso de participar y cambiar el cauce de la historia.
No podemos delegarlo a los mismos. “La libertad de la Patria es resultado de la libertad de cada uno de nosotros, no como derecho adquirido, sino producto de una lucha continua contra el totalitarismo.” 

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